MAR 

 

A veces, creo que despierto

de mi misma vijilia, y que con ella

-sueño de mediodia-

se van monstruos terribles

del horizonte puro.

-Es cual una tormenta

de duermevela, cuyo trueno

no se supiera nunca

si fue verdad o fue mentira-.

Se me abre el corazon y se me ensancha, como

el mar mismo. La amenaza

huye por el oriente

a sus pasadas nubes.

El mar sale del mar y me hace doblemente claro.

 

 PAGINA ANTERIOR