NOCTURNO ...
Está desierto el jardín.
Las avenidas se alargan entre la incierta penumbra de la arboleda lejana.
Ha consumado el crepúsculo su holocasto de escarlata, y de las fuentes del cielo, fuentes de floridas aguas,
las brisas de los países del sueño, a la tierra bajan un olor de lirios nuevos y un frescor de tenues ráfagas...
Los árboles no se mueven; es tan humana su calma, que así parecen más vivos que cuando ajitan las ramas.
Y en la onda transparente del cenit verdoso, vagan misticismos de suspiro y perfume de plegarias.
!Qué triste es amarlo todo, sin saber lo que se ama!.
Parece que las estrellas compadecidas me hablan; pero como estas tan lejos, no comprendo sus palabras.
!Qué triste es tener sin flores el santo jardín del alma, soñar con almas en flor, soñar con sonrrisas plácidas,
con ojos dulces, con tardes de primaveras fantásticas!...
!Qué triste es llorar, sin ojos que contesten nuestras lágrimas, estando toda la noche, como unos ojos, mirándolas! Ha entrado la noche. El aire trae un perfume de acacias y de rosas; el jardín duerme sus flores...
Mañana, cuando la luna se esconda y la serena alborada dé al mundo el beso tranquilo de sus lirios y sus auras,
se inúndarán de alegría estas sendas solitarias; vendrán los novios por rosas para sus enamoradas,
y los niños y los pájaros jugarán dichosos...!Alas de oro, que no ven la vida tras la nube de las lágrimas!
!Quién pudiera desleirse en esa tinta tan vaga que inunda el espacio de ondas puras, fragantes y pálidas!
!Ah, si el mundo fuera siempre una tarde perfumada, yo lo elevaría al cielo, en el caliz de mi alma.